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30 de noviembre de 2017

Lotería de Navidad 2017: emotividad VS eficacia





En la entrada del pasado año dedicada al anuncio de la Lotería de Navidad 2016 comentaba que en esta ocasión el mensaje central de los dos años anteriores "El mayor premio es compartirlo" se había desviado ligeramente pero que seguía enfocado en el concepto de compartir. Si recordáis se narraba la historia de una mujer que había confundido el día de la lotería, estaba tan contenta que nadie de su entorno le dijo que se había equivocado.  

Terminaba la entrada diciendo, veremos el año que viene.

Versión "corta" del anuncio de la Lotería de Navidad 2017:




Este año es diferente en muchos conceptos. La dirección de Alejandro Amenábar en el anuncio, más exacto sería decir en el corto, por mi parte, no admite discusión alguna. En mi opinión está muy bien elaborado. Los diferentes actores realizan un buen trabajo. Aquí trataremos el contendido, el mensaje desde el punto de vista del branding, de la comunicación publicitaria que, como hemos comentado en reiteradas ocasiones, busca un objetivo primordial, que no es otro que la venta.

La versión completa:





El anuncio, me recuerda a una versión moderna de ET. Consigue emotividad, necesaria en estas fechas. El perro, el dependiente de la lotería al que se  le murió un perro idéntico el año anterior. El amor entre la extraterrestre y el guía turístico, que resulta extraño en la versión corta del anuncio, añade romanticismo. Se incide en el concepto de tener/ no tener suerte.  Es posible que el anuncio para televisión se vea afectado por ser un resumen, un "trailer" de la película completa. Esto se lo dejo a los entendidos.


Desde mi punto de vista, se trata de una historia que narra una relación romántica, ambientada en la Navidad a la que no se le da el protagonismo necesario, y que utiliza la Lotería de Navidad como excusa para dicha relación. Es decir, que el objetivo de la campaña "El mayor premio es compartirlo" no está conseguido con la misma fuerza que se logró en el 2014 y 2015. 


La línea argumental  no ha seguido el patrón mostrado en esos años. Si ya comentamos que el año anterior se desvió un poco, en  esta ocasión, considero que no se ha tenido en cuenta el fin de la Lotería de Navidad: alegría, ilusión y compartir.




Desconozco el objetivo de hacer un corto de veinte minutos para un anuncio de televisión. Creo que es importante, sobre todo en productos en los que la estación influye, como es la Navidad, que el anuncio pueda ser visto varias veces sin que la línea emotiva, de ilusión y de compartir lotería disminuya. No sé si habrá habido muchas personas que hayan visto la versión completa, no sería muy arriesgado por mi parte apostar a que la gran mayoría de ellos no lo habrán visionado una segunda vez.  ¿Ha ayudado a la compra esta versión larga?


Por último soy partidario de aprovechar los mejores medios y profesionales en la dirección e interpretación del anuncio, si fuera necesario. Digo si fuera, porque es muy posible que se consiga una mayor cercanía a los consumidores con historias reales contadas por gente "normal", por gente de la calle como tú y yo o que al menos lo parezcan.


¿Es bonito el anuncio? Sí ¿Ayuda a vender? 


No hay que tener miedo, al revés, a mantener el mensaje, el posicionamiento. 
Por Navidad, todos esperan que regrese el mismo espíritu, incluso el turrón. Que no olviden que "El mayor premio es compartirlo" cómo se cuente la historia es lo de menos, siempre y cuando incida en el mensaje.


Veremos el próximo año...




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