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31 de mayo de 2010

Apuntes (8): ¿Es posible no desarrollar una marca?

La propuesta del post de hoy va dirigida a todos aquellos que ante una pregunta como la del titular, responderían afirmativamente. A pesar de que el objetivo de estos artículos va encaminado a todo el público en general, tanto a los que ya los temas les resultan conocidos quizá por ser su actividad laboral, como a aquellos que sienten cierto interés por los asuntos del marketing, la publicidad, la comunicación y especialmente el branding o desarrollo de marcas, mi experiencia me dice que existen empresarios que consideran que el marketing y el desarrollo de su marca puede hacerse o no, según ellos lo decidan, nuestras mentes no funcionan así.


El mismo término de "branding", puede resultar confuso para los hispano hablantes, procuro utilizar palabras que formen parte de la riqueza lingüística del español, que no es poca, pero a veces la traducción literal no lo permite.
Branding viene de Brand, traducido al español como Marca, sin embargo Branding, al traducirlo literalmente como Marcando no reflejaría el concepto que se quiere transmitir, puesto que en español, marcamos goles o puntos o reses o tendencia, entre otras acepciones de la palabra Marcando.

El término Branding podemos interpretarlo como desarrollo de marca, aquí podemos incluir todo tipo de marcas, tanto empresariales como personales, (personal branding) desde su creación a todas aquellas acciones encaminadas al desarrollo de la marca en cuestión, con el objetivo de ser diferente a tu competencia, a tu entorno.


Entre aquellos que han apostado por una respuesta afirmativa, los hay que son empresarios y consideran que por no dedicar presupuesto a marketing y/o publicidad no están desarrollando su marca. Una marca evoluciona, se desarrolla queramos o no, la apoyemos o no.
Cualquier tipo de comunicación o experiencia de un cliente con una empresa, bien sea sólo a nivel telefónico bien a la hora de probar el producto, deja unas percepciones en la mente de éste, unos conceptos con los que "encasillará" a la marca, pueden ser del tipo "informales", "amables", "buen precio", "alto precio injustificado"etc.

Una vez que estos conceptos han penetrado en la mente del consumidor es muy difícil que los cambien, cuando como empresa tenemos un significado concreto para nuestros clientes, éstos no aceptarán otro, su mente no lo aceptará, a no ser que ese cambio sea extremadamente lento, y en casos concretos.

Por ello es recomendable también en épocas como la actual que tomemos el mando de nuestra marca, que vigilemos cada proceso en el cual confluyen los consumidores con nuestra comunicación empresarial, incluso a nivel de la tarjeta típica de visita o presentación que "hablará" por nosotros en nuestra ausencia. Los catálogos, correos, e-mails, logotipos, identidad corporativa, página web, escaparates, oficinas, telefonistas, empleados, gerencia, todos deben reflejar nuestra marca, nuestra apuesta de posicionarnos en la mente del consumidor, sin entrar en otras herramientas de marketing como la publicidad en medios impresos, televisiones, cine, eventos, street marketing etc

Nuestra imagen corporativa va dirigida a las percepciones de los clientes, se trata por tanto de controlar en la medida de lo posible como somos percibidos por ellos.
Debemos ser conscientes de un hecho cierto y concreto, si nosotros como empresa no hacemos por desarrollar nuestra marca, branding, lo harán los consumidores, involuntariamente seguro, puesto que la naturaleza de nuestra mente tiende a clasificar la información que recibimos de la forma que resulte más sencilla para nosotros. En crisis hay menos competencia, resulta más sencillo ser "vistos" en la jungla informativa habitual, hay más creatividad en acciones de comunicación, que no tienen que suponer un costo mayor.

La personalidad de nuestra empresa refleja como nos describen los consumidores como si de una persona se tratara, dirán "es joven", "alegre", "activa", "anticuada", "divertida", "aburrida", "pija", "progre". Más vale que seamos nosotros los que creemos nuestra personalidad. La marca es como nuestra huella en la mente de los consumidores.

Lo mismo podemos aplicar a la marca personal, estos últimos conceptos también valen a la hora de describir a cualquier persona de nuestro entorno, famosos, compañeros, maridos, mujeres, jefes, suegros y suegras. De todos tenemos una imagen en nuestra mente, su marca, de la misma manera que tienen la nuestra en la suya.
Como he dicho en alguna ocasión, si la imagen que damos, si nuestra marca tanto empresarial como personal que deseamos emitir no coincide con la que en verdad transmitimos, es hora de ponernos manos a la obra y desarrollarla a nuestro gusto sino lo harán por nosotros, y al final tendremos un problema.

Por último, es más sencillo el cambio de rumbo en marca personal que empresarial, entre otras cosas porque dependemos de nosotros mismos para desarrollarla no hay competencia, podemos ser como decidamos que queremos ser, sin duda.
Sin embargo las marcas comerciales no pueden ocupar un espacio en la mente de los clientes que ya esté siendo ocupado por otros.

El mensaje final podría ser: vigilemos todo tipo de comunicación que tengamos con nuestros públicos, decidamos antes que posición queremos ocupar en su mente y tracemos el camino para llegar a ella. Nuestros actos tanto a nivel empresarial como personal hablan por nosotros, no sólo vale con afirmar lo que queremos ser sino que hay que actuar como tal.

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